Considerado como uno de los fotógrafos de arte contemporáneo más destacados, Andreas Gursky ha creado una serie de imágenes de gran formato que han pasado a formar parte de nuestro imaginario colectivo.
Se trata probablemente del artista más conocido de la Escuela de Düsseldorf, fundada por Bernd y Hilla Becher, de la que han surgido grandes fotógrafos como Thomas Ruff, Thomas Struth o Candida Höfer. Fue el único hijo de Willy Gursky, fotógrafo comercial que se mudó junto con su mujer Rosemarie de Leipzig, situada en Alemania del Este, a Essen, en la Alemania Occidental, y posteriormente a Düsseldorf, donde Andreas cursaría estudios en la Academia de Arte durante los años ochenta.
Mientras que el trabajo de los Becher se basa más en documentar la realidad, la obra de Gursky se caracteriza por los grandes formatos y por manipular la imagen digitalmente, de manera que crea fotografías totalmente enfocadas en todos los puntos y de muy alta resolución.
A principios de los noventa retrata grandes espacios desde un punto de vista cenital, como aeropuertos, fábricas, bolsas de valores, campos de golf o autopistas en los que en muchas ocasiones vemos masas de gente. Tal y como explica el propio Gursky: «Yo a esto lo llamo la visión democrática, que permite que todos los elementos pictóricos sean tan importantes o no entre sí y que prescinde completamente de la jerarquía. En ese momento, probablemente mi trabajo estaba lo más lejos posible del tan citado “momento decisivo” de Cartier-Bresson. Mi “momento decisivo” a veces se prolonga durante días y meses y parece reproducible en cualquier momento; parece detener el tiempo o, como se podría decir, estirarlo hasta el infinito1».
A partir de 1996 abandona esa vista aérea para centrarse en un punto de vista más frontal, con el que realiza toda una serie de estanterías de marcas como Prada que convierte en altares de la moda de lujo. No hay que olvidar que su padre era un fotógrafo publicitario que trabajaba por encargo para diversas marcas.
Además de los grandes espacios con gente y las tiendas de moda, la mirada de Gursky se ha dirigido también hacia la naturaleza de muy diversos lugares del planeta. En esta línea de trabajo, el agua ha jugado un papel principal, como se puede apreciar en las obras que ha realizado en el río Rin en Alemania u otros ríos en Tailandia. El agua ha sido también la protagonista en la serie Ocean Works, en la que vuelve a la vista cenital, si bien en esta ocasión tomada desde satélites de alta definición.
La colección Hortensia Herrero posee una obra de Andreas Gursky icónica, titulada Nha Trang (2004), que ha podido verse en varias exposiciones internacionales, como la que le dedicó la Hayward Gallery de Londres en 2018 o el Istanbul Museum of Modern Art en 2007.