Una de las figuras más destacadas de la abstracción geométrica en España, Ángel Duarte se formó en el taller de orfebrería de su tío, lo que supuso una educación muy útil para su futura práctica artística.
En 1954 se trasladó a París, donde tres años después fundaría el colectivo artístico Equipo 57 junto con otros artistas como Agustín Ibarrola, Juan Cuenca, José Duarte o Néstor Basterretxea. Este grupo, influenciado por el constructivismo ruso y por artistas contemporáneos como Serge Poliakoff o Jorge Oteiza, destacó por su estilo abstracto si bien con una clara vocación de transformación social.
Al igual que había hecho con los artistas ópticos venezolanos Cruz-Diez o Soto, la galerista parisina Denise René apostó en los años sesenta por el Equipo 57, a los que dedicó varias exposiciones que les otorgarían un gran reconocimiento internacional. A pesar de ello, se disolvieron en 1966. Duarte emprendió entonces su carrera en solitario en la ciudad suiza de Sion, donde había fijado su residencia. Allí fundó también otro colectivo, el Grupo Y, junto con los suizos Walter Fischer y Robert Tanner, y realizó varios proyectos de arte en el espacio público, la mayoría de los cuales en Suiza.
Duarte sentó en esa época las bases de lo que sería su estilo propio, caracterizado por la superposición de varillas de acero en sus esculturas, que producen un efecto hipnótico y las dotan de movimiento, como todas las obras pertenecientes al movimiento cinético en el que se adscribe su práctica.
A pesar de carecer de formación científica, Duarte sería un artista pionero en el uso de los medios informáticos, los cuales combinaba con los conocimientos matemáticos que le llevaron a trabajar alrededor de la figura del paraboloide hiperbólico, sobre el que construía sus esculturas metálicas.
Aunque otros miembros de Equipo 57, como Agustín Ibarrola y José Duarte, viraron hacia la figuración, Ángel Duarte siempre se mantuvo fiel a la abstracción geométrica, si bien con un compromiso social y una vocación democratizadora, pues disolvía la autoría individual de las obras a través de su participación en grupos artísticos y siempre tuvo una clara intención de mantenerse al margen del mercado del arte. De hecho, los integrantes del Grupo Y se negaban a vender sus obras.
La colección Hortensia Herrero incluye una obra de Duarte realizada con varillas metálicas, en la que podemos ver ese efecto cinético tan característico de sus esculturas.