El trabajo de Jason Martin se caracteriza por encontrarse a medio camino entre la pintura y la escultura. Martin estudió en el Chelsea College of Art y en el Goldsmiths College a principios de los noventa. En 1997 llamó la atención del gran público al ser incluido en la exposición «Sensation: Young British Artists from the Saatchi Collection», celebrada en la Royal Academy of Arts de Londres, en la que también participaron otros artistas como Damien Hirst, Mat Collishaw, Jake y Dinos Chapman, Rachel Whiteread y Yinka Shonibare. Sus obras monocromas, en las que explora las diferentes posibilidades de la superficie, se han exhibido en ciudades como Londres, Venecia, Málaga o Palma de Mallorca. Actualmente vive y trabaja entre Londres y Lisboa.
Martin produce formas orgánicas con una técnica mecánica como es el movimiento preciso de su pincel. Unos pinceles elaborados por el propio artista y con los que consigue ese estilo claramente reconocible por sus ondas hipnóticas y meditativas de pintura y color. Al seleccionar la calidad y la densidad de las cerdas, la fabricación de sus herramientas pasa a formar parte del proceso creativo de la obra. Como ocurre con los rastrillos de arena de los jardines zen japoneses, la repetición implícita del movimiento resulta hipnótica, curativa y agitadora a la vez.
Aunque sus trabajos invitan a la inmersión, a diferencia de los expresionistas abstractos de los años cincuenta no aspira a que el espectador tenga una experiencia metafísica. Nos encontramos ante un artista que goza con la pintura, que sabe exprimirle todo su jugo en unas obras monocromáticas pero con toda una serie de texturas que incitan al espectador a viajar a través de ellas, a sumergirse en esas formas sinuosas a medio camino entre la abstracción y la figuración pues, si bien en un primer momento nos pueden parecer una masa de color uniforme, al adentrarnos en ellas vislumbramos formas claramente reconocibles que conectan de manera directa con nuestro subconsciente.
Tal y como explica Ann Hindry: «A Martin le interesa la inmediatez de la experiencia perceptual que es específica de la pintura, explora conscientemente sus implicaciones al tiempo que la mantiene resueltamente en el trabajo de los objetos. Consigue la proeza de producir una pintura que es eminentemente física y sin embargo absolutamente visual, óptica1».
La colección Hortensia Herrero presenta cinco obras de Jason Martin en las que podemos encontrar esos colores vibrantes y esas texturas tan características de su trabajo.