Uno de los fotógrafos más destacados de la Escuela de Dusseldorf, Ruff ha revolucionado, junto con el resto de miembros de este grupo, la fotografía como forma de expresión de artística.
Ruff asistió a la Staatliche Kunstakademie en Düsseldorf de 1977 a 1985, donde tuvo como profesores a Bernd y Hilla Becher. Allí llevo a cabo una ruptura radical con el estilo de sus maestros, estableciendo un enfoque distinto de la fotografía conceptual a través de múltiples estrategias, incluidas el uso del color, la manipulación de las imágenes de origen –tanto mediante técnicas de retoque manual como con métodos digitales– y la ampliación de la impresión fotográfica a la escala de la pintura monumental.
Desde entonces, ha utilizado estos métodos para realizar un examen en profundidad de una variedad de géneros fotográficos, como el retrato, el desnudo, el paisaje y la fotografía arquitectónica, entre otros.
Ruff crea obras en serie, con cuerpos de trabajo definidos cuyos temas incluyen interiores domésticos vacíos, imágenes interplanetarias apropiadas capturadas por la NASA, abstracciones de arquitectura modernista, imágenes pop tridimensionales generadas por computadora y pornografía oscurecida.
La serie de retratos que Ruff llevó a cabo a principios de la década de 1980 (la primera en recibir elogios por parte de la crítica) presentaba agrupaciones de grandes retratos de tres cuartos, como tantas fotos de pasaporte, si bien su escala ampliada ofrecía un sorprendente nivel de legibilidad. El artista se centra en la estética y el proceso, construyendo una obra ecléctica no definida por el género, el método o el tema, sino más bien por imágenes crudas, la relativa serialidad conceptual del tema y la subversión inteligente de la imagen impresa.
En sus últimas series también ha explorado el camino de la abstracción con fotografías de vibrantes colores. La colección Hortensia Herrero incluye una obra perteneciente a una de estas series.